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Calidad del aire comprimido

Es de vital importancia para el usuario que el aire comprimido sea de la calidad necesaria. Si el aire contaminado entra en contacto con el producto final, los costes de rechazo pueden llegar a ser inaceptablemente altos y la solución más barata puede convertirse rápidamente en la más cara. Es importante seleccionar la calidad del aire comprimido en línea con la política de calidad de la empresa e incluso intentar juzgar las necesidades futuras.

¿Por qué es importante tener en cuenta la calidad del aire?
El aire comprimido puede contener sustancias no deseadas, por ejemplo, agua en forma de gotas o vapor, aceite en forma de gotas o aerosol, así como polvo. En función del área de aplicación del aire comprimido, esas sustancias pueden perjudicar los resultados de producción e incluso aumentar los costes. La finalidad del tratamiento del aire es producir la calidad de aire comprimido especificada por el consumidor. Cuando la función del aire comprimido en un proceso está claramente definida, encontrar el sistema más rentable y eficaz en para esa situación concreta es simple. Se trata, entre otros, de establecer si el aire comprimido entrará en contacto directo con el producto o si, por ejemplo, se puede aceptar la neblina de aceite en el entorno de trabajo. Se requiere un método sistemático para seleccionar el equipo adecuado.

¿En qué ayudan los filtros?

Un filtro básicamente separa las partículas de aire de las partículas contaminantes. La capacidad de separación de partículas de un filtro es el resultado de la combinación de subcapacidades (para los diferentes tamaños de partículas), como se detalla más arriba. En realidad, cada filtro es un compromiso, ya que ningún filtro es eficiente en todo el rango de tamaños de partículas. Ni siquiera el efecto de la velocidad de la corriente en la capacidad de separación para diferentes tamaños de partículas es un factor decisivo.

Generalmente, las partículas entre 0,1 μm y 0,2 μm son las más difíciles de separar (tamaño de partículas más penetrante). Como se indicó anteriormente, la eficiencia total de captura de un filtro coalescente se puede atribuir a una combinación de todos los mecanismos que se utilizan. Obviamente, la importancia de cada mecanismo, los tamaños de partícula para los que se utilizan y el valor de la eficacia total dependen en gran medida de la distribución del tamaño de las partículas del aerosol, la velocidad del aire y la distribución del diámetro de fibra del medio de filtrado.

El aceite y el agua en forma de aerosol se comportan de manera similar a otras partículas y también se pueden separar mediante un filtro coalescente. En el filtro, esos aerosoles líquidos se unen con gotas más grandes que se hunden en el fondo del filtro debido a las fuerzas gravitacionales. El filtro puede separar el aceite en aerosol y en forma líquida. Sin embargo, el aceite en forma líquida dará lugar, debido a la alta concentración inherente, a una alta caída de presión y al arrastre de aceite. Si se debe separar el aceite en forma de vapor, el filtro debe contener un material de adsorción adecuado, generalmente carbón activado.

Cualquier filtrado produce inevitablemente una caída de presión, que es una pérdida de energía en el sistema de aire comprimido. Los filtros más finos con una estructura más ajustada causan una caída de presión superior y pueden obstruirse con mayor rapidez, lo que exige una sustitución más frecuente del filtro y, por consiguiente, mayores costes de mantenimiento.

Se define la calidad del aire en relación con la cantidad de partículas y la presencia de agua y aceite en la norma ISO 8573-1, el estándar del sector para la pureza del aire. Para eliminar el riesgo de contaminación del aire en un proceso crítico, es recomendable que solo se utilice aire comprimido clasificado como Clase 0. Además, los filtros se deben dimensionar de manera que no solo manejen el flujo nominal de manera correcta, sino que también tengan un umbral de capacidad mayor para poder gestionar la caída de presión debida a una cierta cantidad de obstrucción.